La sequedad de la piel
La piel asume múltiples funciones. Ejerce particularmente una función de barrera de protección. Su papel consiste en impedir la pérdida de agua pero también evitar la penetración de cuerpos extraños provenientes del medioambiente.
La piel desempeña esta función barrera gracias a una estructura muy específica, la capa córnea que está cubierta por una película protectora: la película hidrolipídica.
Constituida esencialmente por sebo, sudor y agua, esta película cubre la superficie de la epidermis y garantiza la protección natural de la piel. Ejerce un papel regulador sobre la evaporación en superficie, permite una hidratación satisfactoria de la capa córnea. Verdadero escudo ante las agresiones del medioambiente, juega también un papel esencial en la elasticidad y la flexibilidad de la piel.
Pero cuando esta película está alterada (productos para el aseo no adecuados), la piel ya no puede asegurar su función protectora: pierde su flexibilidad, se reseca y es propensa a sensaciones de malestar.
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